Desde mis inicios como médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, he estado muy ligada a la atención clínica y a la docencia, trabajando en hospitales de referencia como el Hospital Universitario de Bellvitge. Esa experiencia me permitió entender la importancia de cuidar la salud global de cada persona, más allá de los síntomas, y de acompañarles en todas las etapas de su vida.
Con el tiempo descubrí que ese mismo enfoque podía aplicarse también a la Medicina Estética y la Tricología: no se trata solo de mejorar el aspecto físico, sino de hacerlo con seguridad, ética y naturalidad, respetando siempre la fisiología de cada paciente.
Hoy, mi misión es clara: ofrecer tratamientos avanzados y personalizados, que integren la medicina con la estética para potenciar la belleza individual de forma equilibrada, cuidando tanto el bienestar físico como la confianza personal.
Concibo la medicina estética como un espacio de equilibrio entre ciencia y sensibilidad. Mi filosofía de trabajo se apoya en la cercanía y en la confianza mutua, porque solo desde ahí puedo diseñar tratamientos que realmente se adapten a la historia y necesidades de cada persona.
Mi visión es que la medicina estética sea algo más que una técnica: que se convierta en una experiencia de cuidado consciente, donde el paciente se sienta seguro y en armonía con su propia identidad.
La atención en nuestra clínica se basa en estos valores:
En nuestra clínica cada tratamiento comienza con una valoración médica rigurosa. No seguimos protocolos cerrados: diseñamos planes adaptados a la salud, necesidades y objetivos de cada paciente.
Solo ofrecemos aquello que consideramos realmente beneficioso y seguro. Rechazamos promesas irreales y nunca recomendamos procedimientos que no estén alineados con el bienestar del paciente.
Nos mantenemos en constante actualización, participando en congresos, formaciones y actividades docentes. Esto nos permite aplicar los últimos avances en medicina y estética con el máximo rigor.
Explicamos cada procedimiento con transparencia, resolvemos todas las dudas y transmitimos expectativas realistas. Creemos que la confianza se construye acompañando al paciente en cada paso del camino.
Cada sesión comienza con una valoración detallada de la anatomía facial y muscular para definir la dosis exacta que necesita cada paciente.
El procedimiento es prácticamente indoloro, dura solo 10–15 minutos y permite volver a la rutina de inmediato, siguiendo unas sencillas recomendaciones post-tratamiento.